Autor: Profesor Pablo Vásquez Flores
Con maíz y con lluvia «torneé»…
una tarde, mi corazón,
y lo adobé con «fuego lento»
tan pronto como pude…
Y antes de llegar la noche
«ensamblé» una fiesta singular…
en los Ojos que Probaron,
en las Bocas que Soñaron,
en las Manos que Apreciaron las texturas,
la luz y los colores, las invisibles y visibles formas
de Todo aquello que siempre he dado…, de todo aquel
que Siempre Soy…
Y así me fui quedando,
en el recuerdo infinito y sensitivo
del paladar ajeno y general…
He olvidado a mis invitados,
al igual si sentí cansancio,
más de una
y otra vez … otra vez … otra vez …
Olvidé el ritmo surreal
del «tiempo», que se acorta
y se hace denso
como si lo ligara con un «roux claro-oscuro», o lo suspendiera
con una enérgica «emulsión»…
Olvidé también
algo llamado «tristeza, congoja, desilusión»,
es más!, aún la suelo confundir como si fuese una clásica técnica, u obsoleta y absurda «merma».
Aquí,
desde ahora,
solo advierto alegría,
una «rara» Alegría…
que yo llamo, que yo nombro…
coagulada…»Plenitud»
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